lunes, 16 de noviembre de 2015

CARTA ABIERTA A LOS ARGENTINOS - EL VALOR DEL MIEDO Y EL CORAJE

Se habla en los medios de comunicación hegemónicos, de una supuesta
campaña del miedo armada para atemorizar sobre los riesgos de un posible
triunfo de Mauricio Macri en el ballotage del próximo 22 de noviembre.
Son los mismos medios que nos convocaron a no temer e incluso valorar el
golpe de 1976 y las políticas neoliberales de endeudamiento,
privatizaciones y destrucción del aparato productivo en los noventa. Su
complicidad «tranquilizadora» allanó el camino de quienes arrasaron los
derechos humanos, sociales y políticos de los argentinos.
Hoy nos vuelven a pedir que desarmemos la más elemental de las defensas
de una sociedad frente a la recurrente amenaza de los grandes poderes que
representan. Por eso no nos avergüenza decir que es cierto: tenemos miedo
que se ponga en riesgo, una vez más, el destino de los argentinos. ¿Cómo
no temer?
Tememos por la estabilidad del salario y las paritarias como su garantía,
por la industria nacional como mayor fuente de empleo, por la soberanía
económica y energética basada en la recuperación de YPF, AYSA y
Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y el espectro radioeléctrico.
Tememos que se vuelva atrás con las AFJP y se abandonen los planes de
vivienda popular y el PROCREAR y vuelvan a ser variable de ajuste los
ingresos de nuestros jubilados, la educación y la salud.
¿Cómo no atemorizarse cuando los referentes de Macri vuelven a
mencionar el ajuste y la devaluación, si conocemos muy bien sus efectos
como principales causas de desempleo e inflación? ¿Cómo no recordar con
miedo el tiempo en que esas políticas llevaron a nuestros hijos a buscar
como única salida las embajadas y Ezeiza? No podemos desconocer que
hoy esa «salida » está bloqueada por la crisis generada en el corazón de
Europa por las mismas políticas que nos ofrecen los «gurúes» macristas
como remedio.
Por supuesto tememos que el sistema energético lo maneje un gerente de
Shell, la política agrícola un CEO de Monsanto y LAN de Chile defina el
destino de Aerolíneas; ni que hablar del escozor que nos genera que el
asesor de JP Morgan, Prat Gay, conduzca la economía de los argentinos; ya
quedó su «patriotismo» en evidencia al aparecer como facilitador de la fuga
de capitales expuesta en el escándalo del banco inglės HSBC.
¿Le daríamos la llave de nuestra casa a un saqueador serial de nuestros
bienes? ¿Por qué entonces no temer que manejen nuestros recursos los
recurrentes abogados y contadores de quienes nos han llevado al
endeudamiento y la pobreza? Quienes como Prat Gay se burlan y
discriminan la Argentina profunda, sin avergonzarse, porque para ellos
siempre habrá un empleo bien remunerado en alguna asesoría en Londres o
Nueva York e incluso en alguna fundación financiada por los fondos
buitres.
Nos pone en máximo alerta que se pueda anular el fondo de la soja que
tantos recursos aporta al financiamiento de obras en centenares de
municipios de todo el país. Nos previene el aumento de la mortalidad
infantil en la ciudad de Buenos Aires; nos atemorizan los métodos
represivos ejercidos contra los empleados y pacientes del Borda. Nos hacen
temblar de indignación las declaraciones de Macri y sus referentes
prometiendo un abandono de los derechos soberanos argentinos en
Malvinas, por razones de «costo» en flagrante cipayismo.
Nos asusta pensar que nuestros científicos deban abandonar una vez mas el
país o peor aún, se les vuelva a sugerir «lavar los platos». Nos da
claustrofobia la idea de nuestros hijos estudiando en aulas container y nos
preocupamos por el futuro de las 14 nuevas universidades al recordar que
no hace tanto que los referentes del supuesto «cambio» eran parte del
equipo que ajustó la educación y el presupuesto de la UBA.
Nos enorgullece sentir y expresar toda esta cuota de justificado temor por
el futuro de la Argentina, el destino de nuestros hijos y el de las futuras
generaciones. Y nos avergüenza la mera posibilidad de que tengamos el
primer presidente judicialmente procesado de la Historia argentina, por la
misma causa de espionaje que forzó la renuncia de un mandatario
norteamericano (Nixon, 1974).
Porque «el miedo no es zonzo» como decían nuestros abuelos; y nos han
llenado de zonceras para hacernos creer que es solo parte de una campaña
electoral y no el más elemental de los recursos humanos que asociado a la
memoria y al sentido común, nos protege de caer dos o más veces en el
mismo pozo. Y en el pozo devaluatorio se puede caer en un solo día y
abandonarlo cuesta años de doloroso sacrificio.
Porque solo los insensatos y los tontos no temen y el verdadero coraje se
basa en la superación de los genuinos temores y sus causas, al bregar por el
bienestar nacional, en definitiva por aquellos que debemos proteger y
amamos.
Porque aquello que tememos ya ocurrió, con consecuencias y costos que
aún pagamos a pesar de haber reparado más de lo que en las dolorosas
horas del 2001 imaginábamos.
No es de cobardes advertir a viva voz la posibilidad de volver al fracaso;
nos convocamos por ello a alertar al conjunto de los argentinos sobre el
peligro que acecha en la encrucijada electoral del 22 de noviembre.
Estamos a tiempo.
Llamamos con temor y coraje resumidos en el contundente respaldo a la
continuidad de los verdaderos cambios y conquistas de los últimos 12 años
y a su profundización, con todos los argentinos adentro, sin exclusiones,
ajustes ni discriminaciones culturales.
Por ello, con el genuino temor por lo que podemos perder y el valor de
luchar por lo que falta conseguir y debamos mejorar, llamamos a votar la
fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini para conducir los destinos de todos
los argentinos.

Bloque Frente para la Victoria